domingo, 26 de abril de 2015

A-Dios VP.

Una sola cosa está claro en lo que a VP respecta, hay que determinar.
Hay demasiados elementos para esgrimir, verter y reconocer en el juego de las relaciones humanas, heterosexuales. Quizás, el más grande de todos, es la comunicación y qué uno puede sacar como idea de vida del otro. Luego está toda la mecánica en la cual nos han ingresado: Tanto familia, economía y salud están ahí para atomizarse y disponer de la gran gama de elementos que hay que sopesar cuando la relación se quiere, aunque las comunicaciones no estén listas, establecer y demandar.
Vivimos en una sociedad de consumo, exitismo e indolencia para con el emparejamiento social, cultural y económico. Todos, de alguna forma, se mancillan y sus logros, fortunas y aciertos se contrastan con los más abatidos, pero no con los que saborean y juegan con el triunfo: La casa más bella, la familia mejor constituida, el auto más caro y la ropa con el mayor estilo -que pueda dar el dinero- son las cartas de victoria en esta sociedad. A ella se enfoca VP y como una situación de salud mental y corporal, hay que concederle que no está mal enfocada y su norte no está errado.
Sin embargo, al estar uno más atento a esta vida, reconociendo más elementos de composición y evaluando que la asimetría de hechos y sucesos, más condiciones del ambiente, propician para que los acontecimientos ocurran de una forma; la actitud es ser cauto, sigiloso y educado.
Que VP halla llegado a mi vida y con ella haber cruzado miradas y roces, son un haber y un constante agradecer en el tiempo presente y futuro. Saber de su existencia en este mundo y que la química resultara favorable, no sólo contribuyó a ponerme en un estado de euforia y algarabía; consideré muy seriamente detener mi marcha solitaria y ceder ante la gran gama de elementos que conllevan las relaciones humanas heterosexuales en Chile. No obstante, hay que determinar para avanzar.
Fijo, entonces, este tiempo y espacio para que con él (área y lapso registrados en bitácora) las cosas tengan su orden y no me afecten en mi marcha. Agradeciendo la presencia de VP en mi existencia y esperando que ella logre alcanzar sus alegrías y felicidades en este mundo, configurado para que las adversidades  tengan un sello de “hitos mal configurados” que han de ser sorteados para alcanzar los elementos de un mundo idolatrado.

Héctor Samuel Quijada Olguín